
Así, si se reciben subliminalmente a través de la música mensajes de violencia, el comportamiento irá orientándose cada vez más hacia lo violento o el suicidio, las drogas, el sexo desenfrenado, etc, según su contenido, frecuencia y la personalidad del receptor.
Existen numerosas excusas para dejar pasar esta realidad de largo y seguir “con la cabeza en un agujero”. Algunos dicen que estos mensajes se producen por pura casualidad, pero cabe preguntarles: ¿por qué siempre los temas son de perversión y maldad y nunca sobre cosas buenas o normales, al menos? Si fuera obra de la casualidad, habría parte de mensajes con palabras comunes como familia, Dios, Fe, Caridad, santidad, pero NUNCA, en todos los temas analizados desde el comienzo de este descubrimiento (veinte años o más) se ha encontrado NADA limpio o sano en NINGÚN mensaje subliminal. Podríamos decir que quienes opinan que se trata de asociaciones casuales son las mayores víctimas de estos mensajes y su vida seguramente lo demostrará con hechos o tal vez se trate de miedo a enfrentar la realidad, pues sabiendo de la existencia de estos mensajes escondidos la única defensa es DEJAR DE ESCUCHAR DEFINITIVAMENTE A QUIENES LOS TRANSMITEN, acto de madurez para el que probablemente estas personas no estén preparadas y prefieran seguir “envenenándose ” antes que dejar de “comer”. Dios se apiade de ellos.
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